El deslizamiento ocurrido el 10 de septiembre de 2021 en el Cerro del Chiquihuite, ubicado en Tlalnepantla, México, puso en evidencia las graves consecuencias de la urbanización en zonas de alto riesgo sin estudios geotécnicos adecuados. Este evento dejó múltiples viviendas destruidas y resaltó la necesidad de evaluar la estabilidad de terrenos antes de permitir asentamientos.
Analizaremos los factores geológicos y estructurales que contribuyeron al derrumbe, así como las lecciones que pueden extraerse para evitar futuras catástrofes en regiones con condiciones similares.
Características Geológicas del Cerro del Chiquihuite
El Cerro del Chiquihuite es un macizo montañoso compuesto por material volcánico de origen terciario, principalmente tobas y brechas volcánicas. Estas formaciones, aunque pueden ser relativamente estables en su estado natural, presentan una alta susceptibilidad a la erosión y fracturación cuando se alteran por actividades humanas como excavaciones y construcción de viviendas.
Factores de inestabilidad
- Composición del terreno: Materiales volcánicos con baja cohesión.
- Fracturación del macizo rocoso: La presencia de fallas y grietas preexistentes facilita la propagación de deslizamientos.
- Erosión y filtraciones: Las lluvias constantes y la falta de drenajes adecuados aumentan la saturación del suelo, disminuyendo su resistencia.
- Carga excesiva por urbanización: Construcción de viviendas sin estudios de capacidad de carga del suelo.
Condiciones Previas al Deslizamiento
Antes del colapso, se habían detectado señales claras de inestabilidad:
- Fracturas visibles en el terreno y algunas viviendas cercanas al área de colapso.
- Reportes previos de grietas en muros y suelos de las viviendas afectadas.
- Historial de desprendimientos menores, que indicaban fallas en la estabilidad del cerro.
- Fallas en infraestructura de drenaje, lo que permitió la acumulación de agua en el subsuelo.
A pesar de estas advertencias, no se tomaron medidas preventivas adecuadas, lo que llevó a un colapso que dejó aproximadamente 200 toneladas de rocas sobre las viviendas construidas en la zona de alto riesgo.
Análisis Geotécnico del Derrumbe
El análisis posterior al derrumbe determinó que el evento fue producto de la combinación de factores geológicos y la intervención humana, destacando los siguientes aspectos:
1. Carga estructural sin evaluación geotécnica
La edificación de viviendas y calles en un macizo con alta fracturación incrementó las tensiones en el terreno. Al no existir cimentaciones profundas adecuadas, el peso de las estructuras contribuyó a la inestabilidad del talud.
2. Saturación del terreno
El agua de lluvias y filtraciones subterráneas redujo la fricción interna del suelo, disminuyendo su capacidad de carga y facilitando el deslizamiento de masas rocosas.
3. Erosión progresiva
Las pendientes naturales del cerro fueron modificadas sin medidas de estabilización, lo que incrementó la erosión y la posibilidad de colapso.
Lecciones Aprendidas y Recomendaciones para Urbanización en Áreas de Riesgo
📌 Realizar estudios geotécnicos previos Antes de permitir construcciones en zonas de ladera, se deben realizar estudios geotécnicos detallados para evaluar la estabilidad del suelo y la resistencia de los materiales presentes.
📌 Implementar sistemas de drenaje adecuados Es fundamental la construcción de sistemas de drenaje profundo para evitar acumulaciones de agua en el subsuelo, lo que reduce la probabilidad de saturación y erosión.
📌 Evitar construcción en zonas con fallas geológicas Las áreas con fracturas visibles o con historial de deslizamientos deben ser clasificadas como zonas no urbanizables.
📌 Diseñar estructuras con cimentaciones profundas En caso de urbanización en laderas, se debe optar por cimentaciones profundas y muros de contención con anclajes para aumentar la estabilidad del terreno.
📌 Implementar monitoreo continuo Se deben utilizar sensores de desplazamiento y estaciones de monitoreo para detectar movimientos del suelo en tiempo real y emitir alertas tempranas.
Conclusión
El derrumbe en el Cerro del Chiquihuite no fue un evento inesperado, sino el resultado de una combinación de factores geológicos y humanos que no fueron atendidos a tiempo. La urbanización sin planificación geotécnica en zonas de alto riesgo es una bomba de tiempo, y este evento es un recordatorio de la importancia de realizar estudios técnicos antes de construir.
Si no se aplican soluciones estructurales y geotécnicas en asentamientos similares, este tipo de tragedias seguirán ocurriendo en diversas partes del mundo. La ingeniería tiene la responsabilidad de diseñar y ejecutar soluciones preventivas que protejan vidas y garanticen la seguridad estructural en zonas de riesgo.